Este hongo que parasita arboles caducifolios, preferentemente al abedul, conocido como “chaga”, se ha utilizado desde muy antiguo con fines medicinales, tanto en Siberia como en China y Japón. Se le atribuyen propiedades antitumorales, antimicrobiales, antidiabéticas, etc, y se han empleado en la farmacología popular de esos países durante cientos de años. (SOLZHENITSYN, 1971).
Estudios clínicos recientes destacan que el chaga pertenece al grupo de las sustancias naturales conocidas como adaptógenos que proporcionan al cuerpo nutrientes especiales que ayudan al cuerpo para adaptarse a condiciones de stress. Desde hace tiempo se conoce que los polisacáridos presentes en los hongos actúan como inhibidores del crecimiento de tumores y moduladores de la respuesta inmune. Hongos basidiomicetos como Ganoderma lucidum, Grifola frondosa, Lentinula edodes, Schizophyllum commune y Trametes versicolor, poseen β-glucanos con capacidad antitumoral e inmunomoduladora (SMITH, 2002).
Podéis descargar la ficha de esta especie en el siguiente enlace:Inonotus obliquus